¿POR QUÉ OCURREN LAS CRISIS FINANCIERAS Y TIENEN CARÁCTER CÍCLICO? APRENDE Y SÉ PREVISOR…

Supongo que debería de hacer un discurso complejo en un lenguaje especialmente técnico y dirigido a especialistas del gremio. Sin embargo, los principales factores que provocan una crisis (aunque no los únicos, pero si los más importantes) son de SENTIDO COMÚN, sencillos de definir y explicar. Me lanzo a iluminar ese cuarto oscuro que es para muchos este aspecto concreto del mundo de la economía y las finanzas.


“Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias
violenta su propio talento y respeta más
a los problemas que a las soluciones”

Albert Einstein (1879 - 1955)


UN RESUMEN…

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La PRIMERA CRISIS FINANCIERA del capitalismo (también económica, que las finanzas son una extraña combinación de líquido inflamable y fuego en estas ocasiones) ha sido muy estudiada. Se produjo en Holanda a cuenta de la pasión desatada, aparentemente, por los tulipanes en el siglo XVII (ver, por ejemplo, este interesante artículo). ¡Y es de manual! Vista ésta, las demás solo son variantes, con el único ingrediente fijo de la IRRACIONALIDAD DEL COMPORTAMIENTO DE LOS MERCADOS (yo lo llamo “estupidez humana”, para no divagar). Los primeros síntomas se detectan en el precio de las los bienes ligados a mercados especulativos (y productos financieros ligados a ellos), que produce una inflación en los precios que termina por dispararse, lo que acaba por encender una reacción a la baja, muchas veces drástica debido al pánico que se crea. Acaba en pérdidas cuantiosas y restricción del crédito. De ahí pasa a la economía “real” (economía productiva) con la contracción de la demanda, pérdidas para los negocios, cierre de empresas, desempleo, más contracción de la demanda, más pérdidas… Hasta que se toca fondo y se invierte la dinámica. Pero veamos los factores que nos llevan cíclicamente a una crisis en detalle…


…Y UNAS REFLEXIONES.

Analicemos los factores más importantes a tener en cuenta:

PRIMER FACTOR: NUESTRO HUMANO APEGO AL DINERO FÁCIL. O, utilizando una expresión española del pasado siglo, “conseguir duros a pesetas”. Para quienes no lo conozcan, un duro era el nombre con el que popularmente se conocía la moneda de cinco pesetas. Este apego nos lleva a invertir nuestro dinero en mercados de productos que, por su masificación, ofrecen lo que parecen ser maravillosas expectativas de beneficio. La elevada demanda del bien hace crecer su precio llegando a sobrepasar su valor intrínseco (la necesidad humana que satisface). Las expectativas de cuantiosos y rápidos beneficios crean una dinámica especulativa que puede terminar por forma una “burbuja” (un precio mucho más elevado de su valor intrínseco) y “calentar” el sector o la economía. Si se deja crecer demasiado, esa burbuja termina por estallar debido al temor, que se termina extendiendo, de no recuperar la inversión inicial. Se producen ventas masivas y una caída de precios en picado, con pérdidas generalizadas. Quien compró gracias a un préstamo se puede encontrar en la tesitura de tener que devolver más dinero de lo que pueda recuperar. Ningún ejemplo más cercano para aprender que la burbuja inmobiliaria española que reventó en 2008, y que fue advertida durante años sin que se tomara alguna medida para “enfriar” este mercado.

SEGUNDO FACTOR: SEGUIR, SIN CRITERIO, LAS OPCIONES DE INVERSIÓN MÁS UTILIZADAS. Hacer, sin ninguna revisión crítica, lo que hace la mayoría de la gente. En otra expresión muy española, “¿Dónde va la gente? ¡Dónde va Vicente!” O viceversa, que no recuerdo bien. Con esta manera de actuar, los mercados se pueblan de “apostantes” que desconocen la situación y posible evolución del mercado, obviando, por tanto, los riesgos que asumen. Si los tiburones se terminan enriqueciendo (ver siguiente factor), lo hacen a costa de las pérdidas de una mayoría de inversores confiados. Tal vez no se trate de una gran pérdida por individuo, pero la masificación del mercado actúa como multiplicador.

TERCER FACTOR: LOS TIBURONES. Son especialistas en calentar o enfriar mercados. No es que lo puedan hacer cuando quieran pero, en determinados momentos de peligro y / o incertidumbre, pueden actuar de tal manera que ellos ganen ingentes cantidades apostando a que se hundirá o repuntará un mercado. En todas las crisis siempre hay alguno que acierta y se enriquece a costa de las pérdidas de los demás. Aclarar que apostar por lo que todos apuestan es muy poco rentable. Lo rentable es apostar a lo que apuesta una minoría y acertar. La recompensa es muy grande pero tiene mucho riesgo y hay que conocer muy bien el mercado de que se trate.

CUARTO FACTOR: LAS EXPECTATIVAS Y LOS CREADORES DE BULOS. En ocasiones, las expectativas son creadas por los tiburones y alimentadas por los incautos que creen en el buen funcionamiento de los mercados. Las expectativas nos deberían decir la situación y posible evolución de un mercado pero hay que cogerlas con suma prudencia. En los momentos álgidos (de mayor riesgo), carecen de fiabilidad y se impone la máxima de “sálvese quien pueda” en un mar plagado de tiburones.


Concretando:
  
PRIMERA CUESTIÓN: ¿POR QUÉ OCURREN LAS CRISIS ECONÓMICAS? Porque hay muchos apostando por lo mismo, incrementando los precios hasta niveles disparatados. Cuando los mercados recuperan la cordura y se extiende el temor a perder dinero se producen desinversiones masivas y pérdidas generalizadas. El valor del patrimonio de particulares y empresas se ve reducido notablemente, el dinero disponible para prestar se reduce drásticamente, se frena la inversión, se reducen las ventas y las empresas empiezan a sufrir pérdidas que, en algunos casos, terminan por hundirlas: menos empleo y menos dinero para consumir e invertir. Todas las crisis son iguales, solo cambia el alcance de la misma.

SEGUNDA CUESTIÓN: ¿POR QUÉ TIENEN CARÁCTER CÍCLICO? Porque no terminamos de aprender los seres humanos: no dejamos de creer que es posible ganar dinero fácil y en cantidades astronómicas simplemente haciendo “lo que todo el mundo hace”. En lugar de aprender, repetimos y repetimos por los siglos esta dinámica. Con las mismas consecuencias, por supuesto, aunque pueda variar la gravedad.


UNA NOVEDAD QUE CAMBIA POCO LAS COSAS: No quiero dejar pasar la ocasión para mencionar a los ROBOADVISERS, tan de moda en Wall Street. Aunque pueda parecerlo, eso de “robo” nada tiene que ver con robar, sino con robot. Los consejeros robóticos: algoritmos complejos que estrujan cantidades ingentes de datos (el llamado Big Data) hasta sacar correlaciones y paralelismos con los que asesorar inversiones. Mi conclusión es que, sean humanos o robóticos, los consejeros, cuando tienen grandes cantidades de dinero para mover pueden terminar por decantar una crisis financiera (previa burbuja). Aconsejo cuidado a quien solo se guíe por lo que hacen los demás sin saber dónde le meten.


Dos CONSEJOS ESPECIALMENTE IMPORTANTES:

PARA LOS CIUDADANOS: Visto lo visto, debería ser obligatorio enseñar en las escuelas a los jóvenes ésta lección para evitar que terminen convirtiéndose en creyentes del dinero fácil e inversores incautos.

PARA LOS GOBERNANTES: En la medida en que el dinero disponible para invertir (excedentes de capital) crezca y adquiera mayor relevancia sobre la economía productiva, la “economía real” será más vulnerable y se podrán producir crisis de mayor envergadura y regularidad (por no hablar de la innovación en instrumentos financieros que hacen crecer sin base real la masa monetaria). Bueno será anticiparse.


Necesitamos estudiar más historia y reflexionar con mucho sentido común para NO TROPEZAR CONTINUAMENTE EN LA MISMA PIEDRA.

Emilio Muñoz
Soluciones reales de gestión para la empresa

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