ORGANIZACIÓN EN EL SIGLO XXI: EL PODER DE LO INTUITIVO Y DE LOS ESPACIOS REALMENTE COLABORATIVOS

¿Qué REQUISITOS resultan necesarios para que puedan funcionar adecuadamente las nuevas fórmulas organizativas y de gestión descritas en artículos anteriores? Esto es lo que vamos a ver en este último artículo sobre el tema.


“Ninguna inversión producirá mayores beneficios que la de educar
(educar, no solamente entrenar) a los trabajadores para asegurar
una participación activa y el compromiso de todos los que trabajan
en una empresa en el éxito de la misma. Esto producirá mejores resultados
que todas las inversiones que se hagan en locales, edificios y equipos”

Alan Bullock (1914 - 2004)


UN RESUMEN…

Parece un absurdo pero, a la vez que delegamos en la tecnología actividades y procesos cada vez más complejos, debemos recuperar fórmulas organizativas, principios y relaciones humanas más intuitivas y sencillas. Para ello debemos hacer el enorme esfuerzo de RENOVAR NUESTRA MENTALIDAD Y REORGANIZAR NUESTROS HÁBITOS. Afortunadamente, el fruto de ese enorme esfuerzo “psicológico” (que no físico) es un gran incremento de la productividad, unas relaciones humanas mucho más satisfactorias, realización profesional y personal, y un sensato cuidado de nuestro medio ambiente. Por muy difícil que parezca, está al alcance de nuestra mano.


…Y UNAS REFLEXIONES.

Paradójicamente, lo más complejo de todo es RECUPERAR LA INTUICIÓN Y LA SENCILLEZ DE IDEAS (Y PLANTEAMIENTOS), lo que no implica procesos e instituciones más sencillas, aunque para ello disponemos de unas POSIBILIDADES TECNOLÓGICAS que nos facilitan sobradamente el trabajo. Puede parecer un disparate, pero es cierto que, después de siglos recurriendo a fórmulas organizativas tan antinaturales como el ordenamiento jerárquico (y las relaciones de poder que implica), CAMBIAR EL ESQUEMA DE JUEGO ES SUMAMENTE COMPLICADO. El contexto ya no es de carencia y dura lucha por los limitados recursos más básicos como en el pasado aunque nos hayamos buscado formas para creer que siguen presentes por el simple hecho de evitar cambiar nuestra mentalidad y nuestros hábitos más interiorizados. Es la forma de vida que ha arraigado durante siglos, a la que nos aferramos por EL TEMOR Y EL ESFUERZO QUE SUPONE CAMBIAR.

Nuestro instinto, unido al escaso recurso a la lógica que hacemos, por lo general, cuando se trata cuestiones referidas a nuestro comportamiento más enraizado, es tan sumamente monolítico que nuestra mente es incapaz de salirse de su mentalidad, aspiraciones y hábitos adquiridos durante siglos para establecer ALTERNATIVAS MÁS INTUITIVAS Y SENCILLAS ADAPTADAS A LA SITUACIÓN Y A LAS POSIBILIDADES ACTUALES.

Porque en este mundo capaz de generar tanta riqueza, tecnológicamente tan avanzado y de conocimientos tan especializados; en este mundo que requiere por ello de la segmentación de dicho conocimiento y de la participación de especialistas de todo tipo y el uso de una gran variedad de máquinas, EL PRINCIPIO BÁSICO HASTA AHORA CONSISTENTE EN COMPETIR, LUCHAR Y VENCER, YA NO VALE. Sé que defraudaré a muchos, pero lo que funcionará en el futuro (mientras no arruinemos nuestro futuro) será la colaboración, el establecimiento de casas comunes en las que las personas nos tratemos como tales y no como a sujetos a los que hay que superar por esa falacia llamada prestigio social (basada en el valor de tener y acaparar, no en la grandeza de ser). En definitiva, TRATARNOS COMO LO QUE REALMENTE SOMOS: IGUALES Y COMPAÑEROS DE VIAJE.

El primer y principal requisito es replantear las relaciones humanas y recurrir a la sencilla fórmula de RECUPERAR EL TRATO ENTRE IGUALES Y UN HONESTO COMPAÑERISMO, tanto dentro como fuera de la empresa. Es un cambio de mentalidad. Es un cambio cultural. En ese cambio es imprescindible renunciar a esa desaforada necesidad humana de atesorar recursos, propiedades, títulos, poder, simpatías… y producir lo realmente necesario. El mundo actual tiene lo preciso para cubrir las necesidades de toda su población. ¿Por qué no hacerlo? ¿Alguien se ha planteado la INGENTE CANTIDAD DE RECURSOS QUE SE AHORRARÍAN EN CONFLICTOS derivados de la desigualdad extrema y de esta insana necesidad de acaparar que comentaba? Mucho, y no solo en psicólogos (con todo mi respeto hacia la profesión). ¡Tengamos sensatez! Analicemos al menos si es necesario tanto competir, tanto acaparar y tanto culto al poder.

EL PODER QUE TIENE EL SENCILLO PLANTEAMIENTO QUE ACABO DE HACER PARA LIBERAR PRODUCTIVIDAD ES ENORME, y ya se ha podido comprobar en algunas empresas. La cantidad de energía y tiempo que quedaría liberada para otras actividades más constructivas es muy grande. Además, trabajando y produciendo para vivir podríamos cortar este frenesí consumista que devora ciegamente recursos que son escasos en nuestro planeta, por no hablar de la contaminación ambiental que genera, ya de por sí muy preocupante.

Recuperando la sensatez desactivaríamos ese peligro latente que supone la actual revolución tecnológica en su vertiente de automatización de procesos y robotización. Si el gran progreso que se está produciendo lo gestionamos con las mismas intenciones de la Revolución Industrial del pasado, el impacto sobre el empleo será terrible (dedicaré uno o dos artículos a este preocupante tema). La mentalidad de la Revolución Industrial, del progreso y del consumo a ultranza como fórmula de enriquecimiento sin más fin que el mero enriquecimiento, o del crecimiento a toda costa, o del acaparamiento, ya no nos librará de una gran convulsión. Y no vale mirar para otro lado como compruebo que se hace. Las últimas crisis financieras son, tal vez, la señal de alarma y la antesala que nos anuncia una crisis mucho mayor.

Por último, gestionar en base a NUEVOS PRINCIPIOS Y PARADIGMAS requiere de NUEVAS INSTITUCIONES, más dentro de las empresas que fuera de ellas. Precisa de nuevas instituciones gobernadas por renovados propósitos y protocolos. Deben ser tales que aseguren la ADECUADA PARTICIPACIÓN DE TODOS, SU PLENO DESARROLLO PROFESIONAL Y HUMANO, Y EL TOTAL, Y PROGRESIVO DESPLIEGUE DE SU CREATIVIDAD Y DE SU TALENTO. Sobre esta base, la de la realización personal, junto a la colaboración y la confianza, se asienta de forma sólida la posibilidad de disfrutar del tiempo de trabajo, preservando la salud de nuestro mundo, que tenemos que legar a generaciones venideras. Propósito y realización.

Las nuevas fórmulas organizativas y de gestión están pensadas para crear la base que permita llevar a cabo lo que precisamente propone el gran humanista ALAN BULLOCK en su magnífico libro de 1985, “THE HUMANIST TRADITION IN THE WEST”, de donde he extraído la cita que figura en la cabecera de este artículo. El tiempo nos dará la razón.

Emilio Muñoz
Soluciones reales de gestión para la empresa

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