REVOLUCIÓN DIGITAL Y EMPLEO: LA DIFÍCIL CUADRATURA

Según MarketWatch, Amazon creará unos 100.000 empleos en 2017 pero PROVOCARÁ ENTRE DOS Y TRES DESPIDOS EN SU COMPETENCIA POR CADA EMPLEO CREADO (ver el siguiente artículo en Xataka). Es tan solo un ejemplo de los riesgos a evitar. El progreso no debe tener efectos secundarios negativos, ni sobre el ser humano ni sobre el ecosistema. PROGRESO, SÍ, PERO GENERADOR DE BIENESTAR PARA LA SOCIEDAD ACTUAL Y FUTURA

“El verdadero instrumento del progreso
radica en el factor moral”

Giuseppe Mazzini (1805 – 1872)


Se están creando unas EXPECTATIVAS DE RENTABILIDAD con la nueva revolución tecnológica que estamos viviendo que pueden ser un tanto engañosas. No faltan los profetas que anuncian pingues beneficios si se adoptan las soluciones tecnológicas digitales, como si estuvieran al alcance de todos, lo cual, sencillamente, no es cierto.

Yo resumiría los posibles escenarios en dos de ellos que enmarcan el rango de resultados posibles.

ESCENARIO 1. MASIVA DIFUSIÓN DE LAS INNOVACIONES

En este escenario, la adopción de las nuevas tecnologías redundaría en un incremento de la productividad generalizado que, por efecto de la competencia, generaría una tensión a la baja de los precios, provocando, a su vez, un EFECTO RENTA POSITIVO para los consumidores. Se podría pensar que esto sería una gran ventaja para el consumidor si no se tuviera en cuenta como se combina este efecto con el efecto de la robotización sobre el empleo. Concretamente, los incrementos de productividad pueden derivar en REDUCCIONES DE EMPLEO que pueden llegar a ser muy importantes. De cómo actúen los agentes económicos, y de cómo incidan sus decisiones sobre la DEMANDA DE BIENES Y SERVICIOS, NIVEL DE PRECIOS Y NIVEL DE EMPLEO, dependerá la prosperidad general de la sociedad, tanto en términos de creación de riqueza como en su razonable distribución.

¿Es posible un escenario de rápida y extendida difusión de las nuevas tecnologías? Raramente. La historia nos demuestra que siempre hay quien corre más y quien se queda atrás: nos muestra que unos pocos corren mucho y que la mayoría corre poco. Si así fuera, los DESEQUILIBRIOS EN LA DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA podrían dispararse. Aunque siempre queda un margen para la sorpresa: los tiempos cambian.

ESCENARIO 2. DIFUSIÓN SELECTIVA DE LA INNOVACIÓN.

En este caso, que ha sido el más habitual a lo largo de la historia, unos pocos corren mucho y adaptan con celeridad e intensidad los avances tecnológicos, creando NUEVAS VENTAJAS COMPETITIVAS MUY RELEVANTES. Esto podría dar lugar a un verdadero terremoto a nivel económico y social puesto que las empresas más rápidas podrían comerse el mercado en base a la mejora de precios (vía aumento de la productividad conseguido con la robotización, como ya he comentado anteriormente). Es lo que puede ocurrir con el ejemplo de Amazon mencionado más arriba. Digámoslo claramente: comerse el mercado supone expulsar a la competencia, con la pérdida de puestos de trabajo que esto supone. ¿Los líderes del mercado podrían absorber a los trabajadores expulsados de las empresas cerradas? Claramente, no. Si las ventajas competitivas se consiguen gracias a la ROBOTIZACIÓN, es muy probable que SOLO SE PUEDA ABSORBER UNA PARTE NO MUY RELEVANTE DEL EMPLEO DESTRUIDO. Nuevamente, la actuación de los agentes económicos determinaría las consecuencias, sabiendo que es una posibilidad real que se produzcan muy serios DESEQUILIBRIOS EN LA DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA.

CONCLUSIÓN

En los SIGLOS XVIII y XIX, la mecanización del trabajo agrícola fruto del progreso tecnológico derivó en una drástica disminución del empleo en el sector primario (agrícola) y masivos desplazamientos humanos del campo a la ciudad. Estos desplazados fueron aprovechados por la industria para crear los imperios empresariales del siglo XIX, a costa de mantener a los trabajadores en niveles de pobreza hoy difícilmente imaginables (un gran exceso de demanda de empleo que deviene en salarios bajos, además de desempleo). Se necesitaron muchas décadas para enderezar esta situación. Concretamente, se tardó cerca de dos siglos para que, al menos en una parte del mundo, el progreso tecnológico derivase en prosperidad para una mayoría.

¿Podría ocurrir algo así en la actualidad? Desde luego, las condiciones están dadas, no nos podemos engañar al respecto. Incluso pervive pujante en NUESTRA MENTALIDAD el culto al éxito, al poder y a la riqueza, como entonces. Pero también creo que LOS TIEMPOS HAN CAMBIADO y el bienestar y el nivel cultural de la población, en general, es infinitamente mayor, al igual que su grado de exigencia. Este puede ser el gran FRENO PARA EVITAR QUE SE VUELVA A REPETIR LA HISTORIA, pero no podemos dar nada por seguro: no olvidemos las lecciones de la historia.

Al final, y como siempre, los efectos benéficos que tiene el progreso para la sociedad no se sustentan tanto en la naturaleza de las propias revoluciones tecnológicas como en la forma en que se difunden a través de toda la estructura social, lo que depende del grado en el que dicho progreso sea acaparado por una minoría. EL PROGRESO SIEMPRE ES POSITIVO, PERO NO PUEDE DARSE A CUALQUIER PRECIO.

Emilio Muñoz
Soluciones reales de gestión para la empresa

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