¿NUEVAS MODAS DE GESTIÓN? SÍ, PERO APLICADAS CON SENTIDO


Buena parte de las herramientas y prácticas de gestión de personas (como las de organización y dirección de empresas) que terminan convirtiéndose en moda, me producen la misma preocupante impresión. Y lo curioso es que SUELEN SER BUENAS. El problema ES QUE NO SERVIRÁN PARA MUCHO MIENTRAS LAS UTILICEMOS CON LA MISMA MENTALIDAD.

“El verdadero progreso
es el que pone la tecnología
al alcance de todos”

Henry Ford (1863-1947)


Hace muchos años solía decir que “no sirve de nada poner el motor de un Ferrari de F1 en un Seat 600 (entrañable coche, por cierto): ni se corre más ni deja de parecer un 600”. Utilizaba este símil para FACILITAR LA VISUALIZACIÓN DE ALGUNAS INCOHERENCIAS en las que solemos caer: OPCIONES QUE ESTÁN LLAMADAS AL FRACASO porque no tienen en cuenta el contexto en el que se aplican y sus factores limitadores.

¿QUÉ ES LO QUE NO PUEDE FUNCIONAR CON LAS NUEVAS MODAS?

Es curioso el contraste entre el fervor que despierta CADA NUEVA MODA DE GESTIÓN y la impresión que yo saco de su aplicación. Porque suponen un CLARO AVANCE en el conocimiento y en las prácticas de gestión, pero REQUIEREN DE UN ENFOQUE, DE UN CONTEXTO Y DE UNOS REQUISITOS DE APLICACIÓN peculiares para que funcionen bien. Demandan una intencionalidad y la creación de un ambiente concreto sin el cual solo darán frutos a corto plazo, justamente hasta que provoquen el desengaño de quienes supuestamente son sus principales beneficiarios. Y es que UNA MODA NO ES APLICABLE A CUALQUIER REALIDAD, algo que olvidamos con demasiada facilidad.

Prácticas convertidas en moda como la gestión del talento, el mindfulness, la conciliación de la vida laboral y personal, el empoderamiento, el employer branding, la eliminación de escalones jerárquicos, el planteamiento win-win, la retribución variable, la evaluación 360º, entre otras, REQUIEREN DE UN PROPÓSITO, DE UNOS VALORES Y DE UN AMBIENTE DETERMINADOS que, de momento, no encajan bien con los valores imperantes en la actualidad, de tal manera que debilitan su efecto benéfico, pueden llevar a desengaños e, incluso, derivar en disensiones.

Por poner UN SOLO EJEMPLO: LA RETRIBUCIÓN VARIABLE (que no termino de ver como una práctica saludable ni en un entorno adecuado) tiene inconvenientes muy serios. Concretamente, los referidos a los criterios supuestamente “objetivos” de evaluación a los que va ligado (que no pueden ser objetivos por mucho que se intente y que, además, pueden ser fácilmente manipulados) y la conflictividad derivada de los “agravios comparativos”. Solo atisbo posibilidades de funcionar mínimamente bien si no se hace depender su aplicación de un juez todopoderoso (normalmente el jefe) y si se utiliza con sana generosidad y buena fe. ¿Mucho pedir?

¿DÓNDE RESIDE REALMENTE LA INCOHERENCIA QUE HE MENCIONADO?

¿Cuál es el trasfondo real de todas esas nuevas modas? ¿Sobre qué se apoyan todas ellas? ¿Qué escenario pretenden instaurar para potenciar la productividad personal y colectiva? Todas ellas pretenden generar una mayor productividad a través de una MAYOR MOTIVACIÓN, IMPLICACIÓN Y COMPROMISO con la empresa por parte del personal; implicación que exige una mayor COLABORACIÓN. Recordemos, de paso, que no hay colaboración posible si no hay CONFIANZA, y la confianza solo se consigue mediante una SANA, LEAL Y EQUITATIVA INTERACCIÓN.

Nos deberíamos preguntar dónde queda la lealtad, la justicia, la confianza, la colaboración y la motivación cuando los valores más extendidos en nuestra sociedad (los que más pesan en nuestras decisiones y actos) aún siguen siendo el ÉXITO, el ENRIQUECIMIENTO y el PODER (tanto que se pueden llegar a convertir en una obsesión depredadora) ¿Pero cómo van a poder funcionar bien estas nuevas prácticas en un contexto donde prima la lucha por conseguir las mayores cotas de éxito, riqueza y poder a costa de que no la tengan hasta los mismos con los que deberíamos trabajar codo con codo? ¿No es una incongruencia que promovamos una competitividad que se nos llega a ir de las manos y, a la vez, queramos crear un clima de confianza y colaboración bienintencionada?

¿SOBRE QUÉ BASE PUEDEN FUNCIONAR LAS NUEVAS PRÁCTICAS DE GESTIÓN?

El ENFOQUE que realmente requieren todas estas prácticas es otro muy diferente. Requieren de un VERDADERO ESPÍRITU DE COMUNIDAD; de una verdadera admiración por el talento ajeno, permitiendo su despliegue. Necesitan de un verdadero respeto por los logros de los demás y que haya una mayor preocupación por escuchar, y no tanto por hablar. Precisan de un mayor protagonismo de todos y que cada cual asuma las responsabilidades inherentes al propio puesto de trabajo. Hace falta que se conceda una verdadera oportunidad a los demás para que demuestren su valía, participando realmente de la toma de decisiones (lo que llamamos poder). Obligan a compartir el esfuerzo, como es lógico, pero también los resultados positivos. Todas estas prácticas convertidas en moda se quedan en nada si no obedecen a un propósito colectivo realmente inspirador y motivador. Se fortalecen cuando se fomenta un ESPÍRITU DE AUTO-SUPERACIÓN y se debilitan cuando se favorece la competitividad interpersonal.

En definitiva, ser y dejar ser. Ser sin perjudicar a los demás ni al entorno (medio ambiente). Formar una sociedad alimentada por una MENTALIDAD REALMENTE BASADA EN LA CONFIANZA, EN LA PARTICIPACIÓN, EN LA COOPERACIÓN Y EN COMPARTIR. En este contexto sí que tienen un enorme recorrido las nuevas prácticas. Conseguiremos magníficos resultados y trabajaremos en un entorno realmente grato y edificante.

CONCLUSIÓN: ALINEEMOS PRÁCTICAS Y MENTALIDAD. ENFOQUEMOS CON SENTIDO

Al final, utilizar ciertas modas para dar una imagen fingida y hacerlo para luego terminar demostrando que eran solo estrategias de escaparatismo para mejorar la propia rentabilidad, termina llevando a la confusión, el desengaño, la desmoralización, la indignación y la falta de compromiso. Si alguien quiere realmente crear riqueza en nuestra sociedad postindustrial, la tendrá que crear para todos siguiendo una verdadera estrategia win-win. Y para ello hace falta cambiar la mentalidad: DAR UN “APARENTE” PASO ATRÁS PARA DAR DIEZ ADELANTE a continuación.

Insisto e insistiré: LA VERDADERA REVOLUCIÓN PENDIENTE ES LA ORGANIZATIVA Y ÉTICA. Esta es la que conseguirá que aprovechemos al máximo las nuevas y maravillosas herramientas digitales y las prometedoras prácticas de gestión, a la vez que serán el único punto de apoyo para superar las graves amenazas que se atisban en nuestro horizonte.

Emilio Muñoz
Soluciones reales de gestión para la empresa
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